lunes, 28 de junio de 2010

Bendita ignorancia


Hoy he vuelto a coincidir con el chico del metro.

La primera vez que lo vi fue hace tres meses, cuando empecé el nuevo trabajo y, por tanto, hube de cambiar el recorrido de cada mañana. Me llamó la atención la concentración con la que siempre estaba pegado a su blackberry, que parecía conseguir aislarle de todo lo existente a su alrededor.

Y durante varias semanas dediqué los trayectos conjuntos a imaginar cómo sería, qué leería tan absorto, en qué trabajaría, hacia dónde se dirigiría.

Esta mañana se ha sentado en el asiento de al lado y le he visto navegar por su perfil de facebook. Y no paro de pensar que ahora que sé su nombre imaginarme cómo es su vida ya no será lo mismo...

domingo, 20 de junio de 2010

el comienzo

"El finde en Barcelona fue genial.

Pero, por desgracia, el 'the end' no fue como el de las películas clásicas de chico conoce a chica (con beso lento, semioculto por un sombrero femenino de ala ancha y fundido a negro). Y aunque me ha dado pena -algo inevitable, por otro lado- la verdad es que al menos puedo agarrarme al nunca caduco fue bonito mientras duró.

El otoño se va adueñando del ambiente y de éste mi verano, alegre y sin descanso, apenas quedan unas cuantas revelaciones que se me antojan cruciales:
>que el periodismo puede que también sea para mí
>que la gente especial lo seguirá siendo aún a pesar de la distancia
>que puede que, al fin y al cabo, yo también tenga algo que ofrecer por lo que llegue a gustar a los demás.

Sea como fuere, la confluencia de todos estos factores ha desembocado en algo hasta ahora desconocido para mí: el sentimiento de querer más y, lo nunca visto, la necesidad de ir a por ello. Así que parece que de un tiempo a esta parte me hayan salido alas (y sobre todo coraje) para explorar posibilidades... Y, en este sentido, Madrid ha sido el primer paso de, espero, un largo camino. Y va a ser duro; lo sé. Pero sólo me queda pensar que el esfuerzo valdrá la pena.

Y por eso estoy contenta. Y nerviosa. Y algo tensa por si no logro llegar a donde demontres fuere que se supone que debería... Pero en este momento no sólo sé y siento que quiero ser feliz; sino que también me parece que puedo llegar a serlo".

Y así, señores y señoras, empezó todo.